Mira a tu alrededor. Hay personas blancas, negras, morenas, altas, bajitas, gordas, flacas, serias y alegres... Hay buenos, malos y regulares deportistas, así como niños y niñas que son buenos, malos o regulares estudiantes... Nadie se viste igual a nadie, aunque tengan el mismo uniforme. Todos tenemos la voz diferente y huellas dactilares que no se repiten aunque haya más de seis mil millones de personas en el mundo. En fin, somos diferentes.
Sí, todos somos diferentes, pero también iguales. ¿Y eso? ¡No se puede ser igual y diferente! Pues en el caso de los seres humanos esto sí es posible. Somos diferentes en muchas cosas, incluso los hermanos gemelos son diferentes a pesar de su extraordinario parecido.
Pero somos iguales en cuanto a que todos somos seres humanos, tenemos los mismos derechos y somos dignos de ser respetados y valorados independientemente de todo lo que nos diferencia.
Por ejemplo, no es más persona alguien de raza blanca que alguien de raza negra o indígena. El hecho de que alguien sea pobre no lo hace menos que un rico. Un enfermo o moribundo sigue siendo tan persona como alguien que tiene su salud intacta. El desplazado que está pidiendo limosna en el semáforo es tan persona como el que pasa a su lado en un carro lujoso.
Las leyes de todos los países afirman y defienden , o deben defender, la igualdad de las personas. Sin embargo, vemos que éstas son tratadas de manera diferente dependiendo de su raza, su apariencia física, sus creencias o sus riquezas. ¿Crees que este tratamiento es justo?
Tomado de "Gente buena para un mundo mejor" de El Meridiano de Córdoba, 2006
Con motivo del tema "La Discriminación" en 4° A en el Colegio Visión Mundial
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